viernes, 27 de abril de 2012

Caribdis y Escila. Eneida

Los alumnos de 2da liceo seguimos leyendo Eneida. En esta ocasión, nos adentramos en el canto III del poema de Virgilio. Allí, hacen su aparición dos de los monstruos más famosos de la mitología. Aquí, dejamos la historia de cómo llegaron a su aspecto tan horrendo:


Según la mitología griega, Caribdis es la hija de Gea y Poseidón, quien originariamente era conocida como una joven de gran hermosura que se caracterizaba –eso sí– por una voracidad sin límites. El mito nos cuenta que Caribdis, debido a su gran voracidad, en cierta ocasión robó varios bueyes a Hércules, razón por la cual fue precipitada al mar por Zeus, a modo de castigo. De entre las bravas olas, Caribdis resurgió, pero convertida ya en el horripilante monstruo que aterraba a cualquiera que se acercara a ella. Además, tres veces al día absorbía enormes cantidades de agua con todo lo que en ella se encontrara (incluidas embarcaciones), vomitando los restos poco tiempo después. Ulises tuvo que enfrentarse dos veces a la dura prueba que suponía cruzar el estrecho de Mesina. La ubicación en donde se situaba a este monstruo se encuentra en una gruta de los salientes del estrecho de Mesina, muy cerca de donde se situaba el hogar de Escila.
Escila, por su parte, presenta una historia harto diferente, con orígenes poco claros. Posiblemente era hija de Hécate y Forcis o de Equidna y Tifón. Había sido una bellísima doncella en el pasado, pero un día mientras jugaba en la playa, el dios marino Glauco la observó y se enamoró. Glauco intentó conquistarla, mas la joven no cayó en sus redes. Él, no muy acostumbrado a tales desdenes, enseguida se reunió con la maga Circe para lograr el amor de la doncella. El problema radicaba en que Circe estaba enamorada del dios, y aunque intentó convencerlo de que merecía a alguien más digno de él, finalmente tuvo que renunciar a sus deseos y, en apariencia, ayudar a Glauco. El plan consistía en verter un ungüento en la caleta de mar en donde Escila solía bañarse. Aquel día la joven empezó su baño como en cualquier otra ocasión, mas pronto contempló horrorizada que una jauría de perros la atacaba, y más horror sintió al comprobar que los perros salían de su propia cintura y que comenzaban a transformarla en un monstruo. Glauco, al verla así, perdió todo el deseo de antaño por Escila y se alejó. Escila, al igual que Caribdis, vivía en una gruta en el estrecho de Mesina. El mito de Escila ya convertida en monstruo asegura que cuando ella divisaba a algún marinero, no dudaba un instante en devorarlo. Respecto a su muerte, uno de los mitos narra cómo fue Hércules quien acabó con ella.
Caribdis y Escila son, en definitiva, la representación de los peligros de la mar a los que cualquier marinero debía enfrentarse.
Camila Scarpino (2da liceo)

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