martes, 27 de marzo de 2012

Werther

En 4ta. liceo seguimos con el Romanticismo. En un pequeño taller, sorteamos personajes ficcionales y nos vimos frente a la tarea de redactar una carta con estilo romántico. Aquí, dos exponentes: Dido y Eneas.



Amado Eneas:
             ¿Es nuestro amor el más grande de la Tierra? ¿Más poderoso del que hay en el Olimpo, donde los dioses inmortales viven y juzgan nuestro andar?
              Queridísimo Eneas, me fascinó la expresión de amor que experimentamos, aquel encuentro que tuvimos entre los bellos elementos de la naturaleza. ES imposible olvidar el cantar de las aves, el verde de los árboles, el ruido del viento y de las aguas que se unían y formaban un armonioso cantar, así como nuestros labios que al unirse nos hicieron sentir esa armonía.
        Pero, ¡ay, amado!, ¿es mi sensación o realmente eres indiferente a estos sentimientos tan profundos? Si tan sólo supieras el dolor que siento al despertarme en la mañana y saber que no puedo disfrutar el día a tu lado, ya sea porque te has ido a cazar o porque practicas el arte de las armas. Pero me consuelo al saber que tu hijo, un pequeña parte de ti, está a mi lado y lo cuido como si fuera mi hijo, nuestro hijo, fruto del amor que vive en nuestros corazones.
        Para sincerarme, hermoso Eneas, creo que a veces mi amor es mucho mayor que el tuyo, y entonces siento que tu amor no existe. Dime, amado, ¿cómo podría vivir en un mundo sin tu amor?, ¿cómo lograría continuar sabiendo que no te tengo?
           Aún viven en mí las esperanzas de que tus sentimientos vuelvan a florecer, como aquel día en la cueva del amor, pero me es imposible dudar.
           Ten seguridad de que si no puedo vivir contigo, no viviré más. Mis ojos no verán más la luz, mi piel no sentirá más las caricias, mi boca no pronunciará más mi dulce voz.
           ¡Te amo, Eneas! Nunca lo dudes.
Dido (Paula de los Hoyos. 4ta liceo)


Dido:
         Mi amada de hermosa cabellera, siento un gran pesar en mi ser al escribirte, pero creo que sería más devastador para ambos decirlo en persona. Los dioses quieren que continúe con mi travesía para llegar a lo que será el futuro hogar de los troyanos. Ya lo sabes, ése es mi destino. ¡Destino! Qué divertida palabra. Parece que fue el destino quien nos unió, el que nos hizo sentir esa magia, el que nos hizo perder en nuestros abrazos y besos, y consumir esa pasión. Pero, a la vez, es el destino quien nos separa.
           Cada vez que caminaba por tus tierras, quedaba asombrado por la majestuosa ciudad que reinas, pero después me imaginaba reinándola contigo, a tu lado, como tu fiel compañero, como alguien que siempre te amará. ¿Alguna vez anduviste por las largas calles de tu ciudad? Se puede ver la joven inocencia corriendo y jugando por todos lados, nosotros pudimos haber sido los padres de una de esas mentes inocentes. Seguro, Julo lo hubiera amado y protegido como el hermano mayor que sería.
         Mientras te escribo, mis compañeros preparan la embarcación, pero parece que soy el único troyano que siente el gran pesar de partir. Me enloquece la idea de que no podré ver esos ojos cada mañana. ¿Cuál es mi razón para despertarme, si no lo voy a hacer a tu lado? Tan sólo pensarlo y siento una extraña sensación en mi garganta, cuando imagino un futuro sin poder abrazarte y sentir tu piel. 
          Me cuesta mucho seguir escribiendo. Mis ideas y sentimientos están en mi cabeza, pero por alguna razón no los puedo plasmar en el papel. Me despido de vos para siempre, ya no creo tener fuerzas suficientes para volver a verte, salvo que el destino juegue con nuestras vidas y volvamos a encontrarnos.


Eneas (Juan Mena. 4ta liceo)

4 comentarios:

Juan Crespito Garcia dijo...

a la mia no le ganaba nadie

maquitalovee dijo...

nooo juan que decis!! la mia es la mejor!! :D

Grosstadas dijo...

pero che! y las de Azul, Maca y Yo?...tan malas eran las nuestras?
;_;...p_p...Q_Q...TT_TT

Scuola Edmondo De Amicis, Barrio Norte dijo...

Ya corregida, Pau. Gracias por tu atenta lectura...